Primera vez

La fuerza simbólica de las cosas que suceden por primera vez hace que se genere una mayor expectativa, que aumente el interés y la memorabilidad. Las primeras veces no se olvidan. Y en el momento de construir un relato político adquieren, casi siempre, un carácter fundacional. También, la primera vez marca muchas veces la manera en que se abordarán y desarrollarán acciones a posteriori, en función de los aprendizajes y sensaciones ob­tenidos.

Este martes se producía una primera vez. Era el primer cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo en el Senado. Un enfrentamiento político que tenía lugar en el contexto de las próximas elecciones andaluzas. Este primer debate parlamentario se concebía como un ring de combate donde poder mostrar las fortalezas de cada púgil.

En un espacio de tiempo limitado, con turnos claramente establecidos, rentabilizar al máximo la propia intervención es clave. También la actitud mientras interviene el contrincante. No se trata solo de lo que se dice, sino de cómo se dice. Los gestos, la voz, el tono, el ritmo, las miradas, las expresiones son todos ellos ingredientes clave para conseguir los objetivos planteados y lograr impresiones positivas, más allá de lo previsto.

Los encuentros cara a cara, en directo, son una clara oportunidad para enfatizar los puntos fuertes y poner de manifiesto, además, aquellas cuestiones en que uno u otro muestran contradicciones, rigidez o cierta inconsistencia.

En el terreno de la comunicación política, los debates en general pueden servir para apuntalar argumentos, ganarse la confianza, afianzar una posición concreta sobre alguna cuestión de interés estratégico, reforzar un posicionamiento, llamar la atención sobre algo o alguien, destacar frente a otras opciones… En definitiva, para poder diferenciarse del adversario. En determinados contextos, una percepción puede imponerse a un argumento o una idea. Es cuando la empatía y la conexión emocional pueden activarse, en un escenario de intangibles donde nada está asegurado.

Se trata de transmitir autenticidad, confiabilidad, valores, efectividad y responsabilidad… atributos que, pese a ser tan necesarios, una gran parte de la ciudadanía considera que ni están, ni se les espera. Ponerlos en el centro de nuevo sería el gran logro.

Publicado en: La Vanguardia (9.06.2022)

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