La confianza en el uso de los servicios financieros y de banca digital crece en la región, de la mano de un incremento sostenido en el índice de conectividad, y una tendencia creciente hacia la transformación digital.
De acuerdo con el estudio “La banca digital en América Latina: mejores prácticas y el giro hacia la banca como servicio” de la consultora estratégica Americas Market Intelligence (AMI), la región centroamericana registra una penetración del 55% en cuentas bancarias.
El estudio también ha destacado que el 70% de las interacciones bancarias y financieras suceden por medio de un smartphone, abriendo un mundo de posibilidades para los bancos, en lo que a aprovechar los canales móviles se refiere. La mayoría de los clientes busca una experiencia de banca digital que sea segura y sencilla.
Esta tendencia es propiciada por un mayor crecimiento en los índices de uso de tecnología móvil. Según el reporte Digital 2021 Global que realiza We Are Social, el índice de conectividad móvil en Centroamérica es del 97%, mientras que en el Caribe es de 77%. Cifras que han contribuido a que los bancos busquen posicionar productos y procesos digitales con mayor intensidad que en el pasado.
Banca digital para generar desarrollo e inclusión económica
En América Latina, el porcentaje de la población de la región que hacía uso de smartphones en 2018 alcanzaba el 64%, ahora se espera que esa cifra alcance el 78% para 2025. También se prevé que el 90% de todas las conexiones a Internet en América Latina se realicen a través de dispositivos móviles para 2022.
Esto significa que Centroamérica también está comenzando a tener una de las tasas de adopción de teléfonos inteligentes más altas a nivel mundial, después de los Estados Unidos y Europa, algo que crea numerosas oportunidades para que las instituciones financieras lleguen a más consumidores.
Un gran porcentaje de la población de la región aún no tiene acceso a productos o servicios bancarios, y las nuevas empresas de tecnología financiera están buscando introducir soluciones innovadoras para incluir a grandes sectores de la población que aún operan dentro de la economía informal.
La banca digital es una forma eficiente y rentable para que las pequeñas y medianas empresas sean capaces de administrar sus finanzas con facilidad. Este tipo de banca puede ayudar a llegar a las PYMES en áreas rurales, o simplemente brindarles una mejor manera de acceder a los servicios financieros sin la necesidad de hacer cola en un banco físico.
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