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Sara Curruchich Cúmez, es la cantautora kaqchikel de 24 años que ha deslumbrado por su talento. Canta tanto en kaqchikel como en español. Con una alegre sonrisa y gran sencillez, Sara Curruchich se ha dado a conocer como la voz de la resistencia indígena frente a la discriminación.
Guatemala es un país que aún está madurando, y la lucha por los derechos indígenas es una de las áreas en las que continúa rezagada. A ello se suman la desigualdad, la pobreza, y otros problemas “crónicos” que afectan a su sociedad. La música de Sara se ha convertido en una herramienta adicional para tratar de romper las barreras que aún quedan por caer en todos esos espacios.
“La música puede hacer que muchas personas que niegan que haya racismo y que lo reproducen, cuestionen sus pensamientos y su comportamiento”, ha reflexionado Sara en una entrevista.
Biografía de Sara Curruchich
Sara nació en 1993 en San Juan Comalapa, Chimaltenango, Guatemala. Se interesó por la música a los cinco años de edad animada por su padre que también cantaba. Sara eligió la guitarra como su instrumento predilecto, pero también toca la marimba y la armónica. Más tarde cursó educación musical en la Escuela de Profesores de Música Jesús María Alvarado, así como en la Escuela Superior de Arte de la USAC
En el año 2012, Sara se une a un grupo local de marimba integrado únicamente por mujeres, llamado Teclas en Armonía. Su primera actuación pública por invitación de la Orquesta de Alemania fue ese mismo año.
Sara pronto comenzó a escribir temas que abordan temáticas como el respeto por la naturaleza y la memoria de los pueblos mayas. Sus canciones mezclan el español con el idioma kaqchikel. El tema que la da a conocer es «Ch’uti’xtän» o «niña», y que hace que la Fundación Dante Alighieri la nombre la «Artista Revelación».
Su álbum debut, “Somos” fue lanzado en 2019, y en 2020, inició un proyecto para recopilar música de mujeres indígenas, con el objetivo final de convertirlo en un festival de música. Este año Sara ganó el premio MTV Transforma MIAW 2021 gracias a su lucha por la igualdad de género desde la música
«Lo que quiero hacer es hacer feliz a la gente con mi música y luchar lo mejor que pueda para tener algo de influencia en los espacios políticos y culturales», ha dicho Sara.
La música puede ser un agente de cambio
Si bien se necesitan cambios estructurales muy profundos para aliviar la situación de pobreza y discriminación en Guatemala, Sara cree firmemente en el poder de la música y la interpretación para lograr hacer la diferencia:
«Lo que pasa con la música es que incluso si la gente no entiende la letra, la música es un lenguaje universal. Para mí es importante mirar a las personas a los ojos. La mirada es muy profunda e incluso una mirada puede transportarte a un lugar diferente «.
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