El plástico de un solo uso, también conocido como plástico desechable, es uno de los materiales más nocivos para el medio ambiente. Incluso si el artículo de plástico está marcado como reciclable, o si está diseñado para desecharse, sigue siendo de un solo uso, y el 90 % de esa clase de plástico nunca se recicla después de desechado.
Plástico de un solo uso es cualquier artículo de este material que se usa una vez y luego se tira a la basura. Las grandes corporaciones han difundido durante años la idea de que el plástico de un solo uso es una necesidad en esta cultura acelerada e impulsada por el consumidor.
¿Cómo nos afecta el plástico de un solo uso y por qué es una preocupación creciente?
Muchas empresas ofrecen soluciones falsas como el antídoto contra las cantidades masivas de desechos plásticos, cuando la realidad es que la mayoría del plástico de un solo uso simplemente se quema y contribuye significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero. Algunos de los principales impactos negativos del plástico de un solo uso son:
- Los artículos de plástico desechables no se biodegradan. Simplemente se descomponen en micro partículas que contaminan nuestro medio ambiente.
- Los microplásticos, partículas de plástico más pequeñas que resultan de la descomposición del plástico de un solo uso, contaminan nuestras fuentes de agua e incluso nuestros alimentos.
- Solo un porcentaje muy pequeño de los desechos plásticos se reciclan. El resto se quema o se tira.
- El comercio de plástico de un solo uso y la contaminación plástica resultante, afectan desproporcionadamente a las comunidades más pobres y desfavorecidas.
Chile se suma al combate de esta clase de plásticos gracias a una importante ley
Los plásticos de un solo uso, como las pajillas, vasos, utensilios, y cualquier clase de recipientes, han quedado prohibidos en todo Chile desde el pasado 13 de febrero, gracias a la vigencia de una nueva ley. De esta forma, Chile se une a la lucha contra la contaminación de países como Costa Rica, Panamá, Colombia, o Belice.
Con el objetivo de disminuir la contaminación plástica, las nuevas regulaciones reducirán unas 23.000 toneladas de plásticos cada año, según el viceministro de Medio Ambiente de Chile, Marcelo Fernández. La prohibición aplica a los restaurantes que brindan productos de un solo uso para alimentos consumidos dentro y fuera del establecimiento.
La ley también estipula un período de tres años para que los restaurantes y otros vendedores de alimentos, cambien los artículos de plástico y poliestireno que brindan a sus clientes por materiales 100% biodegradables.
Según datos del Banco Mundial, Chile genera la segunda mayor cantidad de basura entre los países de América Latina, solo por detrás de México. Chile ya había prohibido las bolsas plásticas comerciales en las tiendas desde agosto de 2018 por medio de otra ley, y ahora ha dado un paso adicional en la búsqueda de una economía más circular. Chile también se ha propuesto que para 2025, al menos el 15% de todo el plástico recolectado y reciclado dentro del país sea incorporado a botellas de plástico desechables.
Desafortunadamente, la pandemia ha visto un aumento sin precedentes en la producción de plásticos de un solo uso, a medida que los consumidores exigen que los alimentos y otros productos estén protegidos por el material. Esta clase de leyes son necesarias, dado que en la mayoría de países los desechos médicos y los artículos de comida rápida son algunos de los mayores contribuyentes a la crisis de contaminación plástica.
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