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Los movimientos recientes en el comercio internacional, marcados por tensiones geopolíticas, políticas arancelarias cambiantes y una creciente demanda de cadenas de suministro resilientes, están reconfigurando profundamente la manera en que operan las empresas a nivel global. En este nuevo escenario, países como Guatemala se enfrentan no solo a desafíos, sino también a oportunidades clave para transformarse en destinos estratégicos de inversión, producción y comercio.
Para analizar a fondo este nuevo mapa del comercio mundial, Pulso Capital llevó a cabo una conversación con Rodolfo Pérez, Senior Manager en EY, donde lidera procesos de transformación digital en Supply Chain & Operaciones, quien, desde su sólida trayectoria asesorando a organizaciones regionales e internacionales, aporta una mirada experta sobre cómo Guatemala puede adaptarse y capitalizar estos cambios.
En esta entrevista, Pérez ofrece una visión clara sobre temas como la relocalización de mercados de consumo, el impacto de los aranceles, la oportunidad del nearshoring y friendshoring, así como los sectores con mayor potencial para el país. Desde su experiencia en transformación digital aplicada a la cadena de suministro, comparte recomendaciones estratégicas para que las empresas guatemaltecas no solo enfrenten este nuevo orden global, sino que se posicionen como protagonistas dentro de él.
Una conversación que invita a pensar en grande y a actuar con visión, justo cuando el comercio global abre nuevas puertas para quienes sepan adaptarse con inteligencia.
1. ¿Qué rumbo podría tomar las empresas para reubicar sus mercados de consumo en Guatemala con la nueva configuración global?
La geopolítica actual, marcada por la competencia entre Estados Unidos y China, está reconfigurando el comercio global. Las decisiones estratégicas de estos dos gigantes impactan al resto del mundo, especialmente a través de mecanismos como los aranceles, que se utilizan como herramientas de negociación para influir en los mercados internacionales.
En este contexto, Guatemala tiene una relación histórica y estructural con Estados Unidos, tanto por influencia cultural como por cercanía geográfica. El inglés domina el mundo de los negocios y muchas decisiones empresariales locales están alineadas con los intereses estadounidenses.
Esto abre oportunidades importantes para las empresas guatemaltecas, especialmente si saben adaptarse. Algunas estrategias clave incluyen:
- Fortalecer alianzas con Estados Unidos, aprovechando la disponibilidad de productos locales frente a otros mercados que podrían enfrentar restricciones o desabastecimiento.
- Revisar la cadena de suministro, buscando materias primas de origen alternativo que no estén sujetos a penalizaciones arancelarias.
- Explorar nuevos mercados, en caso de que disminuya la demanda desde EE.UU., identificando regiones actualmente desatendidas que puedan beneficiarse de productos guatemaltecos.
En resumen, aunque el entorno global presenta desafíos, también ofrece oportunidades para quienes se anticipan y ajustan su estrategia comercial con agilidad.
2. Ante el aumento arancelario, ¿qué salida beneficiosa le quedaría a las empresas exportadoras de Guatemala?
Una forma de generar oportunidades es identificar mercados desabastecidos, lo cual requiere agilidad y capacidad de análisis de escenarios. Muchos empresarios toman decisiones basados por la intuición, lo que a veces funciona y otras no. Por eso, es fundamental tomar decisiones más informadas, aunque no se elimine por completo el riesgo.
En el contexto actual, con cambios en modelos arancelarios que afectan a países como México, China, Brasil o Europa, se abren oportunidades para exportar desde países como Guatemala. La penalización arancelaria para Guatemala no es tan agresiva, lo que puede representar una ventaja competitiva.
Para aprovechar estas oportunidades, es clave:
- Entender el perfil de consumo del mercado destino.
- Evaluar si se tiene la capacidad de producción suficiente.
- Buscar alianzas si el mercado es muy grande (como EE. UU.).
- Establecer acuerdos realistas de abastecimiento (por ejemplo, cubrir un 5%, 10% o 15% de la demanda).
- Garantizar calidad, disponibilidad y cumplimiento en los tiempos de entrega.
Un ejemplo claro fue la reciente escasez de huevos en EE. UU., donde algunos países latinoamericanos no lograron responder por falta de capacidad. La clave está en anticipar escenarios, evaluarlos y actuar con estrategia para convertir desafíos globales en oportunidades concretas.
3. ¿Es ahora la oportunidad para que las empresas cambien sus estrategias y creen productos autosostenibles y exploren nuevos mercados?
Definitivamente, estamos ante una oportunidad. Pero es solo para quienes saben identificarla. Si uno se deja abrumar por la incertidumbre que genera la actual guerra comercial entre mercados, puede terminar naufragando.
Es clave activar un modo de innovación y reinvención, repensar nuestras cadenas productivas, nuestro abastecimiento, buscar nuevos mercados y reconfigurar productos. Por ejemplo, en mi caso, algunos de los insumos que uso están por enfrentar fuertes aranceles. Entonces, ¿cuál es el sustituto? ¿Cuál es el impacto de ese cambio? ¿Se pierde calidad? ¿El mercado está dispuesto a pagar por esa nueva versión?
En este contexto, más que un problema, hay una oportunidad para ocupar el espacio que dejan otros afectados por los aranceles, siempre y cuando tengamos la agilidad de actuar rápido.
Varios países ya lo han hecho. Costa Rica, por ejemplo, ya identificó productos clave y está negociando con Estados Unidos, tanto desde el sector público como privado. Guatemala no puede darse el lujo de quedarse atrás. Los empresarios deben impulsar esas conversaciones con compradores y también con los actores públicos que negocian acuerdos. Es importante sentarnos con Estados Unidos y mostrar lo que podemos ofrecer, defender nuestros productos y negociar excepciones. Pero para eso, necesitamos agilidad y claridad para establecer las conversaciones correctas con los mercados adecuados.
En cuanto a productos, la innovación también puede estar en cambiar insumos o incluso en desarrollar nuevos artículos que respondan a necesidades distintas. En empresas de consumo masivo, lanzar un nuevo producto puede tomar de tres a nueve meses, dependiendo de su agilidad. En nuestro país, por tener operaciones de menor escala, podemos hacer pruebas y introducir productos más rápido, lo cual es una ventaja competitiva.
4. La tasa de arancel para exportar en Guatemala es una de las más bajas, y aunque castiga a los exportadores, ¿En qué sectores y productos ve usted la oportunidad frente a otros países cuya tasa es mayormente elevada?
Hay varias oportunidades que podríamos explorar. Una opción lógica es enfocarnos en sectores donde ya tenemos experiencia, como el agrícola y el textil. En el caso del agrícola, podríamos aprovechar posibles afectaciones en las exportaciones mexicanas hacia EE.UU., especialmente si aumentan las tensiones comerciales. Aunque históricamente ha sido un sector con dificultades, aún hay potencial por desarrollar.
En cuanto al textil, también existe una oportunidad, aunque requerirá un trabajo más detallado. Además, podríamos explorar el sector de autopartes o dispositivos para vehículos. Por ejemplo, en lugares como San Marcos ya ha habido interés en proyectos como plantas de motocicletas, y podríamos posicionarnos como proveedores de ciertos insumos.
Aunque esto último requerirá más tiempo debido a la falta de infraestructura actual, no deberíamos descartarlo, ya que la presión de EE.UU. sobre su cadena de suministro automotriz puede abrir espacio para nuevos proveedores fuera de China y Europa.
5. Con la nueva configuración del comercio global, ¿cree que es momento para Guatemala de aprovechar el Nearshoring/Friendshoring por su posición geográfica y sus acuerdos comerciales (como el DR-CAFTA) como destino atractivo para relocalizar su producción en manufactura, agroindustria y logística?
Guatemala, al igual que otros países de la región, tiene una gran oportunidad de aprovechar el nuevo orden del comercio global, especialmente en el contexto del nearshoring y friendshoring. Aunque países como Costa Rica, República Dominicana y El Salvador han avanzado en atraer inversión extranjera, Guatemala cuenta con una capacidad productiva y volumen superiores, lo que la posiciona favorablemente. Sin embargo, aún enfrenta retos estructurales como la percepción de los inversionistas y la falta de infraestructura, que deben abordarse desde el ámbito público.
Es momento de actuar con agilidad, fortalecer vínculos comerciales, aprovechar acuerdos ya firmados y posicionar la calidad y la ética laboral de la población guatemalteca. La industria debe adaptarse, relocalizar estratégicamente y alinearse con las nuevas dinámicas del comercio global para no perder competitividad.
Conclusión de Rodolfo Pérez
Para los empresarios, es fundamental evaluar constantemente nuevas alternativas y desarrollar agilidad para aprovechar las oportunidades del mercado. Esto requiere fortalecer las capacidades y competencias de los equipos clave, pasando de un enfoque meramente operativo a uno más estratégico, basado en decisiones informadas y análisis de datos.
Este cambio implica una transformación cultural y de procesos, apoyada en herramientas como la inteligencia artificial, que aunque aún tiene limitaciones, ya es indispensable en los negocios modernos. Integrarla en el modelo de negocio y establecer un modelo de gobernanza claro —definiendo quién decide y hasta dónde— es esencial.
La clave está en empoderar a los equipos, fomentar la agilidad organizacional y trabajar en cuatro pilares fundamentales:
- Fortalecimiento de competencias
- Estandarización de procesos
- Integración tecnológica
- Gobernanza efectiva para la toma de decisiones
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