“Cada día es una oportunidad para dar lo mejor”, Andrea Cardona

Las montañas han atraído durante mucho tiempo a personas valientes de todas las clases sociales, países, géneros y religiones. Con su inaccesibilidad y belleza, como si nos desafiaran. Pero la montaña nunca se olvida de tomar su parte: no todos los escaladores de los picos más altos del mundo han logrado regresar a casa.

Hay catorce montañas que superan los 8.000 metros sobre el nivel del mar en el planeta. Todos ubicados en las cordilleras del Himalaya y Karakoram en Asia. Con ellas como objetivo, el montañismo es practicado por la mayoría solo como ocio o deporte, pero muchos otros lo practican como una “filosofía de vida”. 

En la actualidad, las competiciones en estructuras de escalada de todos los tipos se han convertido en una rutina común para un número cada vez mayor de atletas. Para situarnos en el estado mental y físico de proezas tales como ascender a más de ocho mil metros del suelo, hemos platicado con Andrea Cardona speaker y motivadora, y además, la primera mujer centroamericana en alcanzar el pico más alto del mundo, el Monte Everest.

Sobre el montañismo

El montañismo ha sido una gran parte del viaje de su vida. ¿Qué encendió esa pasión?

Bueno, para empezar creo que el hecho de haber escalado mi primer nevado en 2006, una montaña de seis mil doscientos metros llamada Island Peak en Nepal fue lo que me hizo experimentar lo hermoso que era para mí hacer algo que incluyera tres cosas que a mí ya me gustaban antes: el deporte, los retos y la naturaleza. Entonces la montaña reunió esos tres aspectos. Por eso mi mensaje es, probemos cosas nuevas. 

¿Qué tipo de preparativos tuvo que hacer para las escaladas más complejas?

Creo que hay que comenzar entendiendo bien cuál es el desafío, entendiendo bien la montaña, de qué altura es, o cuáles son las peores condiciones climáticas con las que me puedo enfrentar. Entonces, creo que debemos tomarnos el tiempo de hacer una investigación exhaustiva del desafío y prepararnos para eso, hacer todo tu plan de entrenamiento, tu plan de contingencia.

¿Qué opina de las personas que aseguran que un montañista tiene una forma de pensar y actuar distinta del resto: altamente atraída por el riesgo?

Yo creo que cada persona tiene una manera distinta de pensar, por nuestras experiencias vividas, por los valores inculcados y por el entorno en donde nos desarrollamos. Y creo que bueno mis padres me hicieron viajar muchísimo por Guatemala desde que era niña, y definitivamente eso aportó muchísimo a que en un futuro me encantara  la aventura. 

Por el otro lado también tuve momentos de ruptura de familia en donde nos fuimos a vivir al Lago Atitlán, y creo que esa experiencia de alguna forma difícil para mí en la adolescencia me hizo tomar el coraje para buscar formas de emprender, de ser independiente económicamente, y creo que ese cúmulo de experiencias personales son las que nos hacen quienes somos hoy y por supuesto habemos algunas personas que tenemos menos aversión al riesgo y otras más. 

Pero también hago las cosas con mucha cautela, entonces a pesar de que soy capaz de tomar riesgos también me gusta prepararme muy bien para minimizar todo lo que yo sí puedo controlar.

¿Qué impacto tuvieron en usted el tiempo impredecible o los problemas derivados de la gran altitud en su estado mental y físico?

El impacto que creo que ha sido muy positivo es la gran capacidad que tengo para adaptarme a nuevos entornos dependiendo de cuál es el objetivo. De empezar de cero, entonces creo que es de mis superpoderes, ahora me da menos miedo. En el plano físico, si el terreno se vuelve más inclinado o más frío hay técnicas para que puedas pasar cada una de esas etapas. También como respiras es muy importante y el equipo técnico que llevas. 

Andrea Cardona hace cumbre en el Everest. / wikipedia.org

Sobre su actualidad

Sus logros son increíbles e inspiradores. Después de lograr ser la primera mujer de Centroamérica y el Caribe en alcanzar el pico más alto del mundo, ¿puede decirnos qué nuevos retos la impulsan ahora cada día?

Creo que para mí las montañas, las cumbres han sido solo un medio y no un fin. Un medio para el autoconocimiento, para desarrollarme, para comprender lo importante y vital que es tu equipo, de apoyo moral, de mentores, el equipo que te acompaña en la expedición, el equipo de expertos que te ayuda en materias específicas y hasta las personas que te cuestionan en el camino. 

¿Qué me inspira hoy? Creo que gracias a las montañas yo encontré mi propósito y mi propósito es poder transmitir todo lo aprendido en esos ambientes extremos a los equipos que hoy en día sueñan con alcanzar cumbres que son tal vez muy retadoras, me gusta acompañar a los equipos un paso a la vez, avanzar en cada una de esas cimas y objetivos.

¿Qué hace The Altitude Company, y cuál es su rol en ella?

Yo fundé The Altitude Company y al inicio estaba enfocada en darle a los líderes  herramientas para tener un mayor bienestar físico, mental y emocional para que conquistaran sus cumbres de forma sostenible, y eso es porque la mayoría lo damos todo para alcanzar una cima y nos olvidamos que una cima primero es un medio. 

Nos olvidamos que tenemos que bajar, y nos olvidamos que si la vida continua vamos a tener la oportunidad de conquistar muchas otras cumbres más.

Entonces, yo creo que hay una importancia en alcanzar tus cimas de forma sostenible, en donde al alcanzar tu cima no dejaste en el camino ni tu salud física, mental, emocional, o tu familia. Entonces comenzamos con los programas de liderazgo personal, bienestar integral y la verdad es que últimamente nos han estado solicitando más  actividades de team building al aire libre y conferencias inspiracionales, y es ahí en donde encuentro totalmente mi propósito y el de la empresa. 

¿Cómo se siente en esta nueva etapa, como empresaria, speaker y motivadora?

Me siento inspirada, me siento muy agradecida y es porque vivo mi propósito cada día, me siento feliz, feliz con lo que hago y es una gran dicha que a raíz de un reto personal como lo fue escalar el Everest y todo lo que derivó de eso, hoy pueda ser útil y agregarle valor a las personas. Es una dicha enorme la manera en que podemos impactar a las personas, así que creo que falta mucho por hacer en The Altitude Company, sé que estamos en el camino correcto porque nuestro corazón está alineado con lo que deseamos alcanzar.

Tomando como base la admiración que usted genera, ¿qué le diría a otras mujeres que quieren asumir desafíos en sus vidas?

Para mí tener a una abuela que me dio un ejemplo de lucha al quedar viuda con cinco hijos, tenerse que ir a trabajar al interior para poderlos sacar adelante, y una mamá que se quedó a cargo de sus hermanos como hermana mayor cuando solo tenía once años, ha sido el ejemplo que yo he tenido de mujeres luchadoras en mi familia, en donde me enseñaron que a pesar del contexto es posible trascender. 

Entonces, ¿qué le diría a otras mujeres? Que que busquen dentro de su propia familia o afuera quiénes van a ser sus mentoras, quién va a ser su equipo de apoyo moral, quiénes van a ser las mujeres o la mujer que te va a apoyar a no solo a hacer tu plan, sino quien es esa persona que cree en tus capacidades, que te da mensajes positivos, que te impulsa a ser una mejor persona, a creer en tus sueños y a seguir adelante.

Creo que eso para las mujeres es vital, rodearse de otras mujeres que nos inspiran, y sobre todo apoyarte a lo largo del camino para ir avanzando en lo que deseas.

¿Podría compartir con nosotros uno de los desafíos más difíciles que ha tenido que enfrentar en la vida o en el montañismo, y cómo lo superó?

De los desafíos más difíciles que he enfrentado en el montañismo creo que fue haber vivido dos tragedias en donde estuve muy cerca de no contarla, la primera vez fue en 2014, que era volver a subir el Everest y una montaña justo al lado en menos de veinticuatro horas. Estaba intentando hacer un récord mundial. 

En ese entonces ya contaba con el apoyo de los patrocinadores, había hecho un excelente proceso de entrenamiento en donde no tenía que enfocarme en cómo iba a pagar el ascenso a la próxima montaña, sino más bien solo enfocarme en el entrenamiento. 

Entonces eso fue una ventaja enorme. Pero puedes tener muchas cosas que van bien, pero hay otras que no controlamos, como el entorno y sucedió una avalancha que hizo que 16 personas perdieran la vida y tres de ellos eran de mi equipo. Fue muy difícil. 

Regresamos en 2015, y nos sucede el terremoto de Nepal donde nos quedamos atrapados en el Campo 2 por días porque la ruta estaba totalmente destruida. Puede que tenga estrés postraumático de esas experiencias que realmente me marcaron muchísimo. El hecho de perder personas conocidas, y el hecho de sentirte tan pequeño. Pones en perspectiva todo, Cuando ves la destrucción y lo pequeños que somos.

Pero también te deja más gratitud y enfoque, para darte cuenta que cada día es una oportunidad para dar lo mejor, eso para mí es hacer cada día contar, cada uno es un regalo y no sabemos cuánto tiempo vamos a tener. Intento mostrar mi gratitud haciendo cada día una acción con amor, porque eso representa una gratitud verdadera, cuando le ponemos amor a lo que hacemos. 

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