“ChatGPT está revolucionando la forma en que las personas interactúan con la tecnología y procesan la información. A diferencia de los motores de búsqueda tradicionales, ChatGPT utiliza técnicas avanzadas de procesamiento del lenguaje natural y aprendizaje automático para proporcionar respuestas más precisas y completas a las preguntas de los usuarios. Esto significa que las personas pueden obtener información detallada y contextualizada sobre cualquier tema, en lugar de simplemente recibir una lista de enlaces web.
Además, el impacto de esta tecnología va mucho más allá de simplemente mejorar la precisión de las respuestas a las preguntas. ChatGPT puede tener un impacto significativo en la forma en que las personas aprenden, trabajan y viven. Al permitir que las personas accedan a información detallada de manera más eficiente y eficaz, estas tecnologías pueden ayudar a promover la educación y la igualdad de oportunidades, lo que puede tener un impacto duradero en todo el mundo. En resumen, ChatGPT y OpenAI están liderando la carga en la transformación de los motores de búsqueda como los conocemos y en la revolución de la tecnología de la información».
Los primeros dos párrafos de este artículo fueron generados a través de ChatGPT, el chatbot de inteligencia artificial que OpenAI lanzó hace unos meses. La orden que escribí para obtenerlos fue: “write two paragraphs in spanish explaining why ChatGPT and OpenAI are about to change search engines as we know them and the world”. El resultado ya lo leyeron y yo lo obtuve en un lapso de unos cinco segundos.
Seguro captaron que la redacción no es ideal, es repetitiva y para mi gusto demasiado benevolente con la aplicación, atribuyéndole la capacidad de promover la educación y la igualdad. Obviamente habría que ser muy críticos con lo que dice y definitivamente no es un trabajo de investigación periodística profunda. Aunque, si transformo mi petición y soy más específico con lo que quiero, podría obtener un resultado mucho más parecido a un artículo de opinión publicable, que no necesariamente verídico (y este es uno de los grandes temas con ChatGPT hoy en día) y solo esto es bastante sorprendente.
Esta tecnología no queda nada más ahí. Entre muchos de los encabezados que este lanzamiento provocó, uno fue que Google llamó a finales de diciembre a un “código rojo”, según varios reportes , debido a que estas aplicaciones suponen un serio riesgo para su subsistencia.
También, el 7 de febrero, Microsoft lanzó el buscador de Bing con el complemento de un chatbot de AI tipo ChatGPT (Microsoft es el inversionista más grande en Open AI). El buscador Bing con AI integrado todavía no está abierto al público en general, solo algunos lo han podido probar. Entre ellos están los periodistas de tecnología del New York Times, Kevin Roose y Casey Newton, quienes han escrito en las últimas semanas un importante número de artículos al respecto. Ellos han pasado de la profunda sorpresa y admiración, diciendo que Bing acababa de suplantar a Google como su buscador favorito, a decir que tras jugar un buen rato con el nuevo buscador, encontraron que este tenía un comportamiento errático y potencialmente peligroso para estar en manos del público.
Al parecer, el chatbot había sugerido a Roose que estaba enamorado de él y que debía dejar a su esposa. Nos recuerda la noticia de hace seis meses donde Google despidió a uno de sus científicos, quien afirmó que el chatbot de IA era “sintiente” y nos deja pensar que tal vez el hombre no estaba loco… o que, si enloqueció, fue producto del mismo chatbot…
Al mismo tiempo, Google, el 6 de febrero, anunció su propio proyecto de buscador con chat de IA, el cual llama Bard. El lanzamiento que se hizo en Francia fue un tremendo fracaso. Alphabet perdió alrededor de 104,439.7 millones de dólares en un solo día después de que la demostración destinada a mostrar el chatbot falló en su respuesta sobre un telescopio de la NASA. A la fecha el anuncio de Google se ha quedado ahí y nadie fuera de la empresa ha podido probar Bard.
En un mundo donde todos estamos alerta a las tensiones entre China y Estados Unidos, y hay globos espía surcando los cielos, y la guerra Rusia-Ucrania se intensifica, el desarrollo de esta guerra entre motores de búsqueda añade una textura de ciencia ficción a la historia que es difícil negar. Lo cierto es que estas nuevas tecnologías de IA son un cambio histórico en las reglas del juego, algo casi tan importante como el desarrollo del internet mismo.
Estamos presenciando una transformación de la civilización sin precedentes. La forma en como procesamos información, las noticias, la educación, los negocios, cómo se transforman los trabajos, cómo se utilizan los buscadores, cómo se genera un sistema publicitario que mantiene “con salud” buena parte del capitalismo para las grandes empresas tecnológicas.
Es un cambio profundo que deja demasiadas preguntas, muchas más que respuestas; un cambio veloz que por momentos se siente avasallador. Estas “search engine wars”, como las han llamado, apenas comienzan pero ya transformaron nuestra forma de pensar y entendernos en el mundo. En todos los años que tengo invirtiendo en tecnología nunca había sido testigo de un crecimiento de una aplicación como el de ChatGPT. A la semana de haberla lanzado tenían ya un millón de usuarios, al mes 57 millones y 100 millones después del segundo mes. Esto tiene el potencial de ser mucho más que un cambio en el modelo de negocio en los buscadores, esto abre la puerta a consideraciones éticas y de seguridad relevantes que se irán presentando muy pronto en el horizonte del ecosistema tecnológico.