La organización es la clave del éxito

A los 15 años aprendí a ser multitasking, mi carrera (perito contador) era tan demandante que necesitaba hacer mil cosas a la vez para poder cumplir con todas las tareas y obligaciones varias de mi edad en ese entonces.

Descubrí en esa época que uno de mis mejores amigos era un planificador, post it y lapiceros de colores, hasta la fecha son mi salvación.

Estas prácticas me acompañaron en la universidad, en todos mis trabajos y en mi vida actual: tengo un trabajo de tiempo completo, un emprendimiento y cuatro gatos que demandan mi atención todo el día.

Aunque hay días en los que quisiera alargar las horas, hoy quiero compartirte algunos tips que me han sido de utilidad para organizar todas mis tareas y no morir en el intento.

Agendarlo todo ¡sí todo!

Por más obvio que parezca, hacer una lista de tareas que tienes pendientes te ayudará a ser consciente de lo que tienes que hacer y te motive a pasar a la acción.  En lo personal me gusta llevar mi agenda física, pero tú puedes utilizar apps como Evernote, Google Tasks o la plataforma donde te sientas mejor.

Definir prioridades

Cuando ya sabemos qué tenemos que hacer, es mucho más fácil decidir el orden en el que lo vamos a trabajar.  Te recomiendo que primero definas las prioridades por mes, luego por semana y por último por día, de esta manera no perderás el tiempo pensando en qué tienes que debes entregar cada día.

Conoce tus límites

No hay nada más satisfactorio que terminar la jornada con todos los to-dos tachados, pero a veces hay que reconocer y aceptar que no siempre podemos con todo.  No pasa nada, en esos días de estrés máximo tómate un café o un té y tómate un respiro de 5 minutos para que las ideas fluyan de mejor manera.

Método pomodoro

Esta es mi técnica favorita para estudiar, trabajar y alcanzar objetivos.  Consiste en usar un temporizador para dividir el trabajo en bloques de tiempo enfocados en tus metas, los más frecuentes son de 25 minutos de acción y 5 de descanso, pero el que más utilizo es de 2 horas de trabajo continuo y 15 minutos de respiro.

Es importante tomar en cuenta que dentro de estos 15 minutos no es válido revisar las redes sociales, porque podemos caer en el despiste, pero para tomar una refacción, estirar las piernas o simplemente descansar los ojos de la pantalla hacen la diferencia.

Por último, no te agobies, al someter a tu cerebro a un nivel de estrés muy alto solo trabajarás más lento y no alcanzarás a terminar la lista de pendientes del día.  Recuerda, una tarea a la vez y no olvides descansar.

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