- El 45 % de las solicitudes de financiación de Pymes a nivel mundial son rechazadas
por los bancos, en comparación con una tasa de rechazo del 17 % para grandes
empresas y multinacionales. - Alternativas como el factoring han cobrado protagonismo entre las Pymes,
otorgando liquidez inmediata que permite mejorar el flujo de caja y enfocarse en el
crecimiento.
En un ecosistema empresarial cada vez más competitivo, la diferencia entre el crecimiento y estancamiento de una empresa a menudo depende de un factor esencial: el capital de trabajo. Este recurso financiero permite a las Pymes mantener su operación y sostener sus actividades diarias, pero su acceso sigue siendo un desafío.
Un estudio del Foro Económico Mundial indica que si bien las Pymes a nivel mundial impulsan hasta el 70 % del empleo y el PIB mundial, un 67 % de estas empresas luchan por sobrevivir. Una de las razones clave detrás de esta diferencia es el acceso al financiamiento: el reporte plantea que en promedio, el 45 % de las solicitudes de financiación de Pymes son rechazadas por los bancos, en comparación con una tasa de rechazo del 17 % para grandes empresas y multinacionales.
“El capital de trabajo es el oxígeno financiero de una empresa. Sin esto, su capacidad de
operar de manera eficiente se ve comprometida, lo que puede desencadenar una serie de
problemas financieros”, explica Nicolás Villa, CEO de Platam, fintech especializada en
financiamiento para Pymes, que a la fecha ha apoyado a más de 600 empresas en Colombia con sus soluciones de Pay, Factoring y Confirming.
A esta falta de oferta crediticia se suman factores externos como la inflación y el aumento en las tasas de interés, acontecimientos globales impulsados por la volatilidad del panorama político y económico, influyen directamente en la situación financiera de las empresas en Colombia.
En este contexto, alternativas como el factoring y el confirming han cobrado protagonismo,
ya que permiten el pago anticipado de facturas, otorgando liquidez inmediata para mejorar
el flujo de caja y enfocarse en el crecimiento.
“A diferencia del crédito tradicional, el factoring no depende únicamente del historial financiero de la empresa, sino también de la solvencia de sus clientes. Esto facilita el acceso a capital para empresas que, por su tamaño o antigüedad, usualmente no califican para financiamiento bancario. Además, es ideal para negocios con ciclos de cobro largos que necesitan liquidez inmediata para operar y expandirse”, enfatiza Villa.
¿Cómo prepararse para acceder a financiamiento mediante factoring?
Para aprovechar al máximo esta herramienta financiera, es clave que las empresas realicen
un análisis interno y consideren los siguientes aspectos:
Evaluar las necesidades reales de liquidez: Antes de recurrir al factoring, es fundamental revisar el flujo de caja y determinar si la empresa realmente necesita adelantar el cobro de facturas o si puede mejorar su liquidez optimizando la gestión de ingresos y gastos.
Reducir costos sin afectar la calidad: “Es importante que los emprendedores piensen en cómo optimizar los costos sin comprometer la calidad ni la propuesta de valor”, señala Villa. Estrategias como renegociar contratos con proveedores, reducir gastos recurrentes (alquiler, servicios públicos, suscripciones) y mantener un inventario equilibrado, pueden mejorar la eficiencia financiera sin afectar la operación.
Revisar el estado de las cuentas por cobrar: No todas las facturas son elegibles para
factoring. Es fundamental analizar la solvencia de los clientes, los plazos de pago y el riesgo de incumplimiento, ya que los factores financieros evalúan estos criterios antes de aprobar el financiamiento.
Evaluar los costos y comisiones: Las tasas del factoring varían según el proveedor y el nivel de riesgo de las facturas. Es clave analizar cómo estos costos impactan los márgenes de ganancia y si la liquidez obtenida justifica la inversión. “Aunque el factoring tiene un costo, en muchos casos es significativamente menor que el impacto financiero de no tener dinero cuando más se necesita”, resalta Villa.
Diversificar las fuentes de financiamiento: No depender de una sola alternativa es
fundamental. Las empresas deben combinar capital propio, deuda estructurada y
financiamiento alternativo, como factoring, para mantener una estructura financiera
saludable.
Acceder a liquidez de manera oportuna puede ser la diferencia entre una empresa que
sobrevive y otra que crece exponencialmente. El capital de trabajo no solo mantiene a flote
a las empresas, sino que les permite expandirse, innovar y consolidarse en el mercado.