Los inversores y las grandes empresas tecnológicas de todo el mundo están muy pero que muy interesados en la India. Este país, muy próximo a superar a China en densidad de población, alcanzó recientemente la meta de los 100 unicornios, es decir, las startups valoradas en más de mil millones de dólares.
Juntas, esas empresas tienen un valor aproximado de $333 mil millones, según un informe de Inc42. La India solo tenía un unicornio hace 11 años. El crecimiento de esa cifra no solo es impresionante, sino que también es un reflejo de lo que está sucediendo en este momento: la consolidación de un gran ecosistema de innovación, el tercero más grande del mundo, solo por detrás de Estados Unidos y China.
Las empresas indias han sido de lo más disruptoras, ya que tienen como objetivo resolver problemas que antes no tenían respuesta, o brindar mejores soluciones a los ya existentes. Zomato, Paytm, Ola y Cred se encuentran entre las muchas nuevas empresas indias que se han convertido en marcas importantes, ya sea en los sectores de tecnología o de fintech.
Las lecciones que América Latina puede extraer del progreso indio
Si bien es cierto que la economía india ha estado creciendo, y ocupará muchos titulares en el futuro cercano, hay que tener en cuenta que la desigualdad sigue siendo una gran preocupación. A pesar de que el país ha progresado en muchos aspectos, aún hay una gran cantidad de personas que viven en la pobreza y no han visto mejoras significativas en su calidad de vida.
Por lo tanto, es importante mantener aún cierta cautela al hablar de los logros de la India, y reconocer que todavía hay mucho trabajo por hacer para abordar la desigualdad local y mejorar la situación de las personas más vulnerables en ese país.
Pero dicho esto, y en lo que al ecosistema de startups se refiere, este ha crecido significativamente allí en los últimos años, impulsado por el apoyo gubernamental y la inversión extranjera.
En un momento en el que el total de la inversión en capital de riesgo en América Latina ha experimentado una ligera disminución con respecto a otros años, la lección que se puede extraer del caso indio consistiría en destacar la importancia de crear una mayor cantidad de políticas públicas y privadas que fomenten el apoyo al emprendimiento y la innovación, así como marcos de regulación abiertos que sean capaces de atraer inversiones extranjeras que permitan desarrollar y escalar con rapidez las nuevas empresas nacionales.
Además, parece completamente crucial fomentar aún más la formación en habilidades tecnológicas, para que los emprendedores locales puedan competir en el mercado global de startups, e impulsar así indirectamente la economía de todos nuestros países.