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Competir en carreras o maratones en los Juegos Olímpicos, incluso como un profesional «simple» o no de élite, tiene varias importancias y beneficios significativos. En cuanto al desarrollo personal y profesional, la preparación para una maratón olímpica requiere una tremenda autodisciplina, algo que se puede transferir a otras áreas de la vida. Además, competir en los Juegos Olímpicos es una prueba de superación personal, enfrentando y superando límites físicos y mentales.
Participar en los Juegos Olímpicos es un honor que conlleva un alto nivel de prestigio, independientemente de si se gana o no. Los atletas que compiten inspiran a otros, mostrando que con esfuerzo y dedicación se pueden alcanzar grandes metas. La preparación y competencia en maratones mejora la salud cardiovascular, la resistencia y el bienestar general. El ejercicio intenso y la competencia pueden reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo y aumentar la confianza.
Los participantes también ayudan a aumentar la visibilidad y popularidad del deporte, motivando a más personas a practicarlo. Su participación puede inspirar a la próxima generación de atletas y contribuir al crecimiento y desarrollo del deporte a nivel global. Competir a nivel olímpico ofrece oportunidades para conectarse con otros atletas, entrenadores y profesionales del deporte, y estas conexiones pueden llevar a futuras colaboraciones y oportunidades profesionales.
Representar a Guatemala es motivo de orgullo
Representar a un país en los Juegos Olímpicos es una fuente de orgullo y puede fomentar el patriotismo tanto en el atleta como en los espectadores. Enfrentar desafíos y adversidades durante la preparación y competencia ayuda a desarrollar resiliencia, y la capacidad de adaptarse a diferentes condiciones y situaciones en una competencia internacional es una habilidad valiosa.
Andrés Lemus, es ingeniero en sistemas y actualmente ocupa el cargo de gerente de sistemas de Grupo Onyx, es una muestro de lo anterior, ya que se prepara para competir en una carrera en Juegos Olímpicos de París 2024, demostrando cómo el compromiso y la disciplina pueden trascender los límites de lo personal y profesional.
Entrevista a Andrés Lemus
Andrés, ¿podrías contarnos un poco sobre tu trayectoria profesional y cómo llegaste a ser jefe de IT en Grupo Onyx?
Soy ingeniero de sistemas egresado de la Universidad Mariano Gálvez y posteriormente obtuve una maestría en administración de empresas. Tras completar estos estudios, me uní a Grupo Ónyx, donde obtuve una maestría en gestión de proyectos y otra en ciberseguridad. Además, tengo completada la mitad de los estudios para un doctorado en liderazgo organizacional.
Mi formación académica se complementa con certificaciones relevantes para mi puesto, incluyendo seguridad informática y herramientas de Microsoft, que son mis dos áreas de especialización.
En cuanto a mi desarrollo profesional en Grupo Ónix, he trabajado aquí durante 13 años, la mayoría de ellos como gerente de sistemas. Durante este tiempo, he liderado proyectos de innovación, consolidando operaciones y procesos dentro del grupo. Mi objetivo ha sido alinear todos los procesos para facilitar la implementación de innovaciones, evitando la fragmentación y asegurando una mayor eficiencia.
¿A qué se dedica Grupo Onyx?
Grupo Onyx es un conglomerado de organizaciones con presencia en varios países de Latinoamérica, principalmente en Guatemala y Paraguay, abarcando diversas industrias. En el sector energético, nos especializamos en energía renovable a través de paneles solares. Contamos con una división de centros comerciales, con proyectos como Plaza Madero en Guatemala y Paraguay, así como grandes complejos comerciales como Paseo La Galería en Paraguay.
En el ámbito de mantenimiento de celulares, brindamos servicios de mantenimiento preventivo a 5000 antenas de telefonía en Guatemala. Además, nuestra división de telecomunicaciones ofrece servicios de distribución de productos, como los de TIGO, a tiendas, carnicerías y librerías.
En cuanto a servicios digitales, somos una de las empresas líderes en facturación electrónica en Guatemala. Recientemente, hemos incursionado en el desarrollo de torres de apartamentos.
¿Cuáles han sido los mayores retos que has enfrentado en tu carrera y cómo los has superado?
Para llevar el hilo de lo que te comentaba, uno de los mayores retos no ha sido solo tecnológico, sino también relacionado con procesos y personas. Unificar criterios y procedimientos en todas las organizaciones fue fundamental. Por ejemplo, el manejo de cuentas por cobrar debía ser estandarizado tanto en la empresa A como en la empresa Z. Esta unificación facilitó enormemente la transformación digital.
Este desafío nos tomó aproximadamente dos años para lograrlo. Sin embargo, una vez superado, simplificó significativamente la implementación de nuevas tecnologías. Fuimos pioneros en Latinoamérica en el uso de Microsoft Dynamics, y gracias a la organización previa, pudimos desplegar un proyecto que normalmente habría tardado tres años en solo nueve meses.
¿Cómo logras equilibrar tu exigente carrera profesional con el entrenamiento para una carrera tan importante como París 2024?
Uno de los retos personales, o debilidades, que he tenido y sigo trabajando es aprender a decir «no» y no comprometerme con más cosas de las que puedo manejar. Tuve que comunicarme con mi familia, amigos y mi entorno sobre cómo iba a cambiar mi vida al asumir este reto. Les expliqué que durante un año y medio tendríamos que reducir o incluso eliminar reuniones y fiestas familiares para poder dedicarme específicamente a tres cosas: mi trabajo, mi familia y mi entrenamiento.
Tuve que poner en pausa las relaciones con algunos amigos, diciéndoles que hasta septiembre no podría compartir tiempo con ellos debido a mi enfoque en mi carrera. Este proceso de encontrar equilibrio ha consistido en aprender a decir «no» y pedir comprensión y espacio a mi familia y amigos para poder concentrarme en este desafío.
¿Cómo se llama la carrera que estarás participando en París y de qué trata la misma?
En París 2024 se celebrarán los Juegos Olímpicos, que comenzarán el 26 de julio y terminarán el 11 de agosto. Para que París lograra ganar la sede, tuvo que proponer ideas innovadoras en su organización. Una de las más destacadas es que la ceremonia de inauguración no se llevará a cabo en un estadio, sino en el río Sena, alrededor de París. Así, toda la gente podrá ver a las delegaciones pasar desde las orillas del río. Otra innovación es la inclusión de una maratón para corredores amateurs que, aunque no sean profesionales, tienen buenos tiempos y marcas destacadas.
Hace unos 9 o 10 años, París presentó una metodología de clasificación para esta maratón, que explicaba cómo funcionaría el proceso. Durante más de dos años, tuve que acumular puntos participando en diversas competencias y retos, como la maratón de Tokio, Londres, Berlín, Chicago, Las Vegas y otras en Latinoamérica, para lograr ser seleccionado.
Este sueño que estoy a punto de alcanzar fue intentado por 700 mil personas alrededor del mundo. Para clasificar, se requerían 100 mil puntos, pero de los 700 mil competidores, solo 70 mil lograron alcanzar esa cifra. Luego, tras varios procesos de selección, solo quedamos 20 mil, entre ellos 6 guatemaltecos, y yo soy uno de ellos.
¿Qué te inspiró a participar en esta carrera y cómo ha sido el proceso de preparación hasta ahora?
Cambiar mis horarios fue fundamental. Prefiero correr de noche en lugar de durante el día porque no me gusta la sensación de terminar de correr, tener que ir al trabajo, comer cualquier cosa que se me ocurra, y sentirme desorganizado. Afortunadamente, mi trabajo me permitió ajustar mis horarios, así que ahora entro a las 7 y salgo a las 4 en punto. Después de trabajar, tomo el carro y me dirijo al estadio Mateo Flores, donde entreno de lunes a viernes.
Una de las ventajas de haber corrido varios maratones es que ya tengo el hábito de comer bien y dormir lo suficiente. Es crucial dormir al menos 8 horas diarias, y eso lo hago muy bien. En un principio, tenía miedo de exigirme demasiado en los entrenamientos y las competencias, pensando que podría afectar mi salud. Para superar ese temor, me hice una prueba de esfuerzo y un electrocardiograma, los cuales confirmaron que estoy en perfectas condiciones y puedo exigirle más a mi corazón.
En resumen, las cosas nuevas que he hecho son ajustar mis horarios para entrenar más y hacerme exámenes médicos para asegurarme de que puedo llevar mi rendimiento al máximo sin riesgos.
¿Existen similitudes entre los desafíos que enfrentas en tu carrera profesional y los que enfrentas como corredor?
Formar buenos hábitos y eliminar los malos es esencial. Para mí, hacer que las actividades sean atractivas es clave. En el trabajo, me pongo metas y normalmente siempre tenemos un proyecto de innovación en marcha, lo cual lo hace interesante y motivador. Esto me ayuda a crear el hábito de llegar a tiempo y cumplir con nuestras tareas del proyecto para completarlas.
En el caso de la maratón, mi motivación es participar en los Juegos Olímpicos, un sueño hecho realidad. El hábito que he desarrollado es entrenar, sin importar si tengo ganas o no, porque tengo una motivación clara y significativa hacia adelante.
Después de París 2024, ¿Cuáles son tus próximos objetivos tanto profesionales como deportivos?
En el ámbito profesional, tuve que hacer una pausa en mi educación continua. Me encanta obtener certificaciones y planeo retomarlas para mantenerme actualizado y seguir aportando valor a la empresa.
En lo deportivo, tengo pendientes dos competencias cruciales para alcanzar un objetivo mayor en el mundo del atletismo: completar las Six Majors. Me faltan la maratón de Boston y la maratón de Nueva York, que espero correr en los próximos dos años.
Otra actividad que dejé de lado y planeo retomar es dar clases en la universidad. He impartido clases de maestría en diferentes universidades, pero tuve que pedir a los directores de cada programa que este año no podría colaborar con ellos. Espero poder volver a enseñar en un futuro cercano.
¿Qué legado esperas dejar tanto en el campo de la tecnología como en el deporte?
Para las nuevas generaciones, tanto en lo deportivo como en lo profesional, quiero ser una fuente de inspiración. En lo deportivo, mi objetivo es motivar a otros al compartir mi historia: comencé con obesidad y, gracias a mi dedicación y disciplina, ahora estoy participando en maratones de alto nivel, a lo que algunos llaman «las Grandes Ligas». Quiero demostrar que, con organización y buenos hábitos, se pueden alcanzar grandes metas.
En lo profesional, me esfuerzo por hacer un buen trabajo y actuar como un evangelista de tecnología. He ayudado a muchas empresas en su transformación digital a través de mis artículos, publicaciones y conferencias. Espero que quienes hayan escuchado alguna de mis intervenciones o leído mis publicaciones puedan decir: «Esto lo aprendí de Andrés.»
En el ámbito familiar, mi deseo es que mis hijas se sientan orgullosas de mí y puedan presumir de mis logros.
¿Cómo has logrado ese equilibrio no solo en lo profesional y en lo deportivo, sino también en lo familiar?
Tengo la ventaja de que mi esposa también es ingeniera en sistemas y se mantiene igual de ocupada que yo. Lo primero que hacemos es discutir en familia nuestros horarios y compromisos para evitar problemas. Además, este esfuerzo requiere un poco de inversión, ya que para mis entrenos largos tuve que contratar a dos personas que cuidaran a mis hijas mientras yo entrenaba.
Es importante entender que estos sacrificios, tanto económicos como de tiempo, son temporales y no durarán toda la vida. La dedicación al atletismo es intensa pero pasajera, y requiere ajustes y apoyos adicionales que hemos decidido asumir como familia.
¿Por qué te interesó participar en el deporte como la maratón?
En el atletismo hay una filosofía diferente a la que uno lee en los libros y es que uno debe enfocarse desde el inicio en lo que uno quiere para lograr las cosas. Mi papá me enseñó a probar de todo y a aprender de todo para cuando ya tuviera una madurez en conocimiento general tomara yo la decisión a dónde irme. En el tema de deporte yo practiqué yudo, karate, gimnasia, natación y al final pues tuve ese conocimiento que me ayudó a tomar la decisión de correr maratones. En mi profesional fue lo mismo, mi papá me dijo que estudiara ingeniería en sistemas y medicina, las dos al mismo tiempo, empecé a estudiarlas y al tercer año ya tuve que poner pausa en medicina que tampoco pienso volver y dedicarme a la ingeniería en sistemas.
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