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La startup Onest está transformando el acceso al crédito en Centroamérica y el Caribe. Fundada en julio de 2024 por Alfredo López y Stevon D. Darling, la empresa nace como respuesta a la profunda brecha financiera en la región, especialmente en República Dominicana, donde las limitaciones al financiamiento formal dejan a la mayoría de la población sin alternativas justas.
En ese contexto, no es raro ver a una persona insertar más de diez tarjetas de débito en un cajero automático, siguiendo las instrucciones de un cuaderno: una práctica común cuando los préstamos informales se cobran automáticamente desde las cuentas de los prestatarios.
Un problema estructural de acceso al crédito
Según datos del Banco Mundial, República Dominicana tiene el segundo indicador más bajo de crédito al sector privado como porcentaje del PIB en Centroamérica y el Caribe (26.9%), solo por delante de Nicaragua. Además, el país tiene una de las tasas de interés más altas de la región para tarjetas de crédito, con un 50%.
Estos factores han limitado significativamente la inclusión financiera. Como señala un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los altos costos del crédito reducen los beneficios potenciales del acceso a servicios financieros. De hecho, se estima que en la región existe una brecha de crédito al consumo de 100 mil millones de dólares.
Onest: microcréditos accesibles con una lógica distinta
En este contexto nace Onest, una fintech que ofrece microcréditos de entre $25 y $300 dólares, con cuotas iguales y sin tasas de interés. En su lugar, cobran una comisión fija, lo que permite al usuario saber con exactitud cuánto debe pagar cada mes.
El modelo está diseñado para atender tanto a trabajadores del sector formal como informal, utilizando un modelo de riesgo crediticio propio, desarrollado internamente con tecnología propia y entrenado durante ocho meses. Esto les permite evaluar a personas que tradicionalmente han quedado fuera del sistema bancario por no tener historial en los burós de crédito.
Una apuesta regional con impacto
Aunque Onest comenzó operaciones en República Dominicana, su mirada está puesta en toda la región. Entre los países en su hoja de ruta están Guatemala, El Salvador, Honduras, Bahamas, Jamaica y Trinidad y Tobago.
Para llegar a los usuarios, Onest implementa un modelo B2B2C, trabajando con aliados estratégicos como PedidosYa y Ferremix, que les permiten escalar con mayor eficiencia. A su vez, la plataforma incorpora elementos de educación financiera gamificada, con juegos interactivos dentro de la app que ayudan a mejorar el comportamiento financiero de los usuarios.
En diciembre de 2024, Onest levantó una ronda pre-semilla de un millón de dólares, con la participación de fondos como Carao Ventures, Next Billion Ventures, H20 Capital y ángeles inversionistas de alto perfil en el ecosistema fintech latinoamericano.
Proyección y propósito
Actualmente, Onest mantiene una recurrencia del 90%, lo que significa que 9 de cada 10 usuarios regresan por un nuevo préstamo después de pagar el primero. Para finales de 2025, su meta es superar los 10,000 clientes activos.

Como comenta Stevon Darling, el objetivo de Onest va más allá de ofrecer créditos: “Queremos que las personas en Centroamérica y el Caribe puedan alcanzar sus metas de vida con servicios financieros justos y accesibles. Y, al mismo tiempo, fomentar un ecosistema donde futuras generaciones de emprendedores puedan surgir”.
El caso de Onest demuestra cómo la innovación tecnológica y un enfoque centrado en el usuario pueden generar un impacto profundo en regiones con baja penetración financiera. En un contexto donde siete de cada diez personas no califican para un crédito bancario tradicional, soluciones como los microcréditos en Centroamérica representan una oportunidad para transformar realidades y construir un sistema más justo e inclusivo. Con su modelo claro, enfoque educativo y alianzas estratégicas, Onest se posiciona como un actor clave en la evolución del acceso al crédito en la región.