El viernes por la mañana, Silicon Valley Bank (SVB), una institución financiera que proporciona financiación a muchas startups a nivel global, sufrió un gran colapso, luego de 48 horas tumultuosas marcadas por una corrida bancaria y una crisis de capital casi sin precedentes.
Como resultado, los reguladores de California tomaron el control del prestamista tecnológico y lo colocaron bajo la supervisión de la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC) de Estados Unidos. La FDIC actuará como garante y se espera que liquide los activos del banco para pagar a sus clientes, incluidos los depositantes y acreedores.
De acuerdo con la FDIC, todos los depositantes con cobertura de seguro tendrán acceso completo a sus depósitos asegurados. Además, el propio Joe Biden ha dicho que los depósitos serán respaldados. Aún así, esto marca el segundo fracaso más grande de una institución financiera en la historia de los Estados Unidos.
En el caso de los depositantes no asegurados, la entidad declaró que recibirán un «dividendo anticipado» dentro de la próxima semana.
La importancia de manejar bien los tiempos de la comunicación
En medio de todo este asunto, SVB cometió un grave error de comunicación que tuvo consecuencias negativas para su negocio, y que incluso contribuyó a acelerar la debacle. Más allá del contexto financiero complicado que atravesaba la institución, el error consistió en que en lugar de esperar un momento más oportuno, SVB anunció planes para recaudar fondos justo después de que otro banco criptográfico, el Silvergate, anunciara su cierre.
Este anuncio inoportuno sugiere que los responsables no consideraron bien el impacto que tendría su comunicado en los inversionistas y en la industria en general. Como resultado, el comunicado de prensa fue muy mal recibido, ya que se percibió como una estrategia para ganar tiempo ante una caída inminente. Por ello, causó una sensación palpable de inquietud que rápidamente se convirtió en un pánico generalizado.
Muchas startups con fondos abonados al banco, así como otras instituciones del sector, comenzaron a preocuparse y a buscar formas de proteger a toda costa su capital ante la posible inestabilidad de SVB. Esto llevó a algunos de los socios financieros del banco a aconsejar a los fundadores que recuperaran el capital de sus empresas mientras pudieran.
Este paso en falso muestra la falta de comprensión de la institución sobre el momento adecuado para lanzar anuncios importantes, pero sobre todo del impacto que los mismos pueden generar en un contexto ya crispado. Si SVB hubiera considerado mejor el momento y la forma en que comunicaría su plan de recaudación de fondos, podría haberse evitado mucho del pánico y la inestabilidad que se desataron luego.
Quizá quieras conocer más sobre:
Agencias de calificación de riesgo: cómo funcionan y quién lidera este sector en México